La ateroesclerosis es una enfermedad caracterizada por el desarrollo de múltiples lesiones focales llamadas placas de ateroma en la pared arterial. Estas placas están compuestas por lípidos, como el colesterol, y por células inflamatorias, como los monocitos, que desde la sangre penetran en el interior.
Se sabe que existen diversos factores de riesgo, como la hipertensión, hipercolesterolemia y tabaquismo, que pueden dañar el endotelio. Además de estos, la diabetes mellitus, la obesidad y la menopausia, contribuyen al desarrollo de esta patología. En ocasiones, estas placas se calcifican, pudiendo entonces ser detectadas radiográficamente. Friedlander y Lande, fueron los primeros en describir la presencia de calcificaciones en el área de la arteria carótida mediante radiografías panorámicas realizadas para el diagnóstico dental de rutina, y encontraron una prevalencia de aproximadamente 2% en una muestra de 1000 pacientes de edad avanzada. La bifurcación de la carótida es el sitio usual para la calcificación pero puede estar ubicado más hacia abajo
La ateroesclerosis puede tardar mucho tiempo en dar manifestaciones clínicas, o incluso no llegar a producirlas nunca. Por ello, resulta relevante detectarla precozmente antes de que las placas de ateroma se compliquen. Con este fin, es preciso realizar chequeos vasculares a partir de la tercera década de vida, especialmente en personas con antecedente familiares, valorando también los posibles factores de riesgo citados.